Te juro que te quiero,no se como negarlo,te juro que me muero,sino puedo gritarlo. Tal vez en un momento,llegue a lastimarte,pero debes saberlo,soy parte de tu carne.
Desde el primer minuto,tus ojos fueron míos,con ellos miro el mundo,con un color distinto.Pintaste el sol de nuevo,del cielo de mi vida,tu tienes todo aquello,que nadie se imagina.Eres tu nadie más,a quien quiero amar,y una rosa lo sabe. Me podrás peguntar,no te voy a engañar,pues mi amor es muy grande,muy grande... Le podrás peguntar,no te voy a engañar,pues mi amor es muy grande,muy grande...
Dice una linda leyenda árabe que dos amigos viajaban por el desierto y en un determinado punto del viaje discutieron. El otro, ofendido, sin nada que decir, escribió en la arena: HOY, MI MEJOR AMIGO ME PEGO UNA BOFETADA EN EL ROSTRO. Siguieron adelante y llegaron a un oasis donde resolvieron bañarse. El que había sido abofeteado y lastimado comenzó a ahogarse, siendo salvado por el amigo. Al recuperarse tomó un estilete y escribió en una piedra: HOY, MI MEJOR AMIGO ME SALVO LA VIDA. Intrigado, el amigo preguntó: ¿Por qué después que te lastimé, escribiste en la arena y ahora escribes en una piedra? Sonriendo, el otro amigo respondió: Cuando un gran amigo nos ofende, deberemos escribir en la arena donde el viento del olvido y el perdón se encargarán de borrarlo y apagarlo; por otro lado cuando nos pase algo grandioso, deberemos grabarlo en la piedra de la memoria del corazón donde viento ninguno en todo el mundo podrá borrarlo.